De cierto te bendeciré con Abundancia


Hebreos 6:13-206:13 Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo,
6:14 diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente.
6:15 Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa.
6:16 Porque los hombres ciertamente juran por uno mayor que ellos, y para ellos el fin de toda controversia es el juramento para confirmación.
6:17 Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento;
6:18 para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros.
6:19 La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo,
6:20 donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.

La esperanza es una actitud saludable,pues esperar con ilusión lo bueno
trae alivio a la mente y al corazón. Por el contrario, encontrarse en un estado de desánimo es una condición terrible.
Es abrumador y deprimente pensar que lo que uno está enfrentando no tiene solución. Para la persona que ha perdido toda esperanza, la vida parece un largo y oscuro túnel que no lleva a ninguna parte.
En Proverbios hay un versículo que describe el resultado de este agobiante
sentimiento: “La esperanza que se demora es tormento del corazón” (13.12).
La persona que se siente atrapada por el pesimismo, es acosada por la enfermedad
emocional, física e incluso mental. Pero yo quiero decirle que, gracias a nuestro Dios,ninguna situación es irremediable. En Él, tenemos la promesa que está en la segunda mitad del versículo: “Pero árbol de vida es el deseo cumplido”.
Los cristianos tienen una esperanza que es un ancla para sus almas. Nuestra
relación con Jesucristo nos acerca al trono celestial, donde podemos echar todas
nuestras cargas ante un Dios todopoderoso.
Además, podemos aferrarnos a Él en las pruebas que enfrentemos. Por su gran amor, el Señor da fuerza al cuerpo cansado, paz al espíritu ansioso, y consuelo al corazón afligido. Es decir, ilumina eseoscuro túnel y nos guía tiernamente en medio de las situaciones difíciles.
El ancla era una imagen popular en el antiguo mundo del Mediterráneo. En una economía que dependía de la navegación, el ancla simbolizaba seguridad y firmeza.
El escritor de Hebreos usó la palabra para recordar a los creyentes que Dios ha dado una esperanza que se mantiene firme en cualquier tormenta.(tomado de la revista En Contacto)

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