La conquista de un milagro (Por. Pastor César Castellanos)

LA CONQUISTA DE TU MILAGRO
Somos concientes de que los días que vivimos son muy difíciles, y que el ser humano ha tenido que enfrentarse a enfermedades, que vienen de una manera intempestiva, ya sea por medio de virus o pandemias o por cualquier otra circunstancia.
Creo que la mayor protección para que el mal no toque ninguna de nuestras familias es entender el poder de la sangre de Jesús y aplicarla en nuestras respectivas casas y familias.
Cuando alguien se tiene que enfrentar a un diagnóstico médico desfavorable, es cuando las personas sienten que se les mueve el piso.
Ahora cuando se tiene que enfrentar con una enfermedad que esté, ya sea en su cuerpo o en el de algún ser querido, lo mas lógico es ponerse en manos de los médicos, más cuando estos no encuentran la respuesta, o cuando el tiempo pasa y no se ven los resultados,
¿A quién tenemos que acudir? La Biblia dejo registrada una historia que se convirtió en una de las más grandes enseñanzas para poder conquistar un milagro. (Marcos 5:25-34). Nos habla de una mujer que por doce años padeció de flujo de sangre y nada había logrado, sin embargo esta situación la llevó a que descubriera los cuatro pasos que se requieren para el milagro.
En primer lugar tenemos que oír lo que Jesús dice. Esta mujer oyó de Jesús. Debemos entender que la fe viene por el oír y el oír por la palabra de Dios. (Romanos10:17). Cuando hay una adversidad, es como si nos encontráramos ante dos consejeros, uno está al lado derecho y el otro está al lado izquierdo; el consejero que está al lado derecho es el Señor a través de su palabra, donde él nos orienta sobre la voluntad de Dios con relación a la enfermedad. El consejero que está al lado izquierdo usa las circunstancias para presentar un mensaje negativo, para desalentarnos y quitarnos la esperanza. De tal manera que por un lado está la fe, por otro lado está la duda; mas el milagro depende de cuál de los dos consejeros aceptamos, si escuchamos la voz de Dios o si escuchamos la voz del enemigo.El Dr. Derek Prince, comentó que en uno de los momentos donde él tuvo que batallar con la enfermedad fue en el instante en el que se encontraba en Egipto; allí recibió la visita de tres personas y una de ellas le dio una palabra profética que decía: Considera la obra de Él enteramente perfecta, perfecta en todo sentido. Este fue el inicio para que él pudiera conquistar su milagro, pues comprendió que toda la provisión de Dios ya había sido dada en la cruz de Jesús.
El segundo paso es visualizar el milagro, es como pintar cuadros. A veces el enemigo quiere poner cuadros difíciles, negativos, en ese momento debemos rechazarlos y proponer en nuestro corazón pintar los cuadros de la sanidad.
El Dr. Cho comentó de un miembro de su iglesia que fue atropellado por un auto, y llegó a la clínica sin ninguna esperanza de vida, pues estaba reventado por dentro. Cuando él fue a visitarlo, y este hombre se encontraba en estado de cómo, él le oro al Señor pidiéndole que le devolviera la lucidez por solo cinco minutos, y después de esta oración el hombre abre los ojos y cuando lo ve el hombre desde su lecho le iba hablar pero el Dr. Cho no lo dejo, y le dijo solo tengo cinco minutos, visualiza el milagro, véase que le esta comprando un hermoso regalo a su esposa que los dos luego disfrutan de una esplendida cena, inmediatamente él puso a trabajar su fe y le dijo ya lo puedo ver, veo el milagro. A los pocos días el hombre ya estaba en su casa completamente sano y gozando con su familia tal como el lo había visualizado.
Lo tercero que hizo esta mujer fue que confesó el milagro. Esta mujer ya había logrado pintar el cuadro de su sanidad, ahora esa visualización la convertiría en palabra, confesándola continuamente: si tan solo tocaré el borde de su manto seré sana.
El Doctor Cho comentó que en una ocasión le llegó una mujer muy enferma, la vio tan enferma y entendió que le faltaba un poco de fe. Le dijo, le voy a poner una tarea, vaya a su casa, cómprese un cuaderno y un lápiz, con esto me va a hacer lo siguiente: escriba “Y por sus llagas yo he sido curada”, pero lo va a escribir no una vez ni diez veces sino diez mil veces y cuando termine la tarea viene y yo oro por su salud. Y a la verdad no tuvo necesidad de orar por ella, porque mientras hacia su tarea ella se fue impregnada de fe, que antes de terminarla ya había recibido la sanidad.
Es importante estar saturados de la palabra de Dios para poderla confesar, pues de la abundancia del corazón habla la boca.
El último paso para obtener el milagro es la perseverancia. Cuántas veces uno logra oír la palabra, visualizar el milagro y confesar el milagro, pero cuando ve los obstáculos uno se desalienta y deja que los otros tres se pierdan, la perseverancia nos ayuda a conquistar y a hacer nuestro el milagro. Imagínense la multitud, miles, y miles, y miles de personas rodeando a Jesús y la mujer estaba al otro lado pensando: si tan solo tocaré el borde de su manto seré salva; más esta mujer decidió abrirse espacio entre la multitud, empujar gente, hasta llegar a Jesús.
Al estar cerca de él la mujer extiende la mano y toca el borde de su manto y cuando toca el borde de su manto lo hizo con tanta fe que salió poder del Señor, sintiendo la sanidad, de tal manera que obtuvo su milagro.
Muchos se acercan a Jesús pero no obtienen nada de él, porque lo hacen sin fe, más cuando damos estos cuatro pasos podremos ver el milagro. Es mi oración que si en este momento usted se encuentra batallando con alguna enfermedad, no pierda la esperanza sino créale a Dios, él nunca falla, y verá la bendición en su vida

Comentarios

  1. El Señor que se glorifica en nuestras vidas a través de milagros imposibles para nosotros, de verdad que así es...Su sangre q frotó de su llaga herida nos sanó de toda enfermedad...(Is.53:5). Amén

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